(Efe). Cuando los ciudadanos depositan los envases de plástico, latas o bricks en los contenedores amarillos, a estos residuos les queda un largo trecho para su reutilización, un problema agravado por los productos que, sin ser envases, se dejan en estos depósitos y que alcanzan el 30% del material recogido.
Ropa, papel, vidrio, restos orgánicos, objetos de plástico, juguetes, perchas u otros objetos voluminosos son sólo algunos de los elementos con los que se encuentran los operarios de las plantas de selección de envases, como la instalación que la empresa CESPA tiene en Santa Maria de Palautordera (Barcelona) -una de las doce existentes en Cataluña- con capacidad para tratar 1.000 toneladas al mes.
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